Redacción | Puerto Real.- Ante las últimas declaraciones del señor Romero, los andalucistas de Puerto Real han elevado un ruego al alcalde: “si se quiere ir, que se vaya, pero antes de hacerlo que por favor limpie y adecente las calles del pueblo que lo tiene en una situación de dejadez tremenda”.
El Grupo Municipal Andalucista considera que no es ninguna coincidencia que el alcalde haga pública su intención en estos momentos, justo cunado tiene enfrentamientos constantes con la Polícia Local, con sindicatos municipales como CCOO y UPLBA, con asociaciones como Afipre, con colectivos que aglutinan un gran número de personas como el Consejo Local de Hermandades y Cofradías, o con vecinos de los entornos rurales por los distintos problemas y recortes de transporte urbano que están sufriendo.
Esto es el resultado inequívoco de la gestión que está llevando la Señora Sánchez, con la permisibilidad del alcalde, y que es muestra de una actitud sectaria y antidemocrática con la que pretende gobernar para los suyos.
Puerto Real no es ningún juego de mesa ni un pasatiempos, ser alcalde de esta ciudad debe ser un orgullo y un compromiso y el señor Romero ha demostrado que prefiere irse a trabajar. Y el ejemplo de ello es nuevamente el pleno ordinario de este mes al que no llevan, una vez más, nada.
“Entendemos que debe ser muy duro notar el descontento generalizado que reina en los vecinos del municipio. Debe ser muy duro saber que tu gestión está condenando a Puerto Real a una situación de estancamiento irremediable. Debe ser muy duro que tu gestión esté siendo tan mala que conozcan a tu pueblo como la selva de la Bahía… pero todo eso de lo que huye el señor Romero es lo que él mismo ha provocado”, explica Jesús Plaza, portavoz andalucista.
El Grupo Municipal Andalucista asegura que no se puede ser pirómano y bombero a la vez y que el desastre de gestión que está llevando a cabo el señor Romero no es motivo para huir, por eso le ruegan que se vaya cuando quiera pero que antes arregle las calles del pueblo, las limpie y lo adecente como mínima medida de responsabilidad.
